Descubre el departamento de Beni, un paraíso natural donde ríos majestuosos, pampas interminables y selvas exuberantes definen su identidad. Su capital, Trinidad, combina tradiciones amazónicas con un ambiente cálido y hospitalario. Otras ciudades como Rurrenabaque abren las puertas al ecoturismo, siendo la ruta de ingreso a la Amazonía boliviana y las áreas protegidas como el Madidi. En el extremo norte, Guayaramerín conecta al país con Brasil a través del río Mamoré, reflejando el carácter fronterizo y comercial de la región. Beni es biodiversidad, cultura viva y aventura en estado puro.
Puedes llegar al Beni por vía aérea con mayor facilidad, el Aeropuerto Teniente Jorge Henrich de Trinidad conecta con vuelos regulares desde La Paz, Santa Cruz y Cochabamba. Si prefieres la carretera, hay rutas desde Santa Cruz o La Paz hacia Trinidad o Rurrenabaque, con tiempos de viaje que oscilan entre 12 y 20 horas, dependiendo del punto de partida. El Beni está más cerca de lo que imaginas y listo para sorprenderte.
Oscila entre 25,8 y 35 °C.
Tropical húmedo
Beni te invita a descubrir una combinación única de cultura y naturaleza. En Guayaramerín, los paseos en lancha por el río Mamoré muestran la riqueza de su entorno ribereño. Trinidad ofrece la Laguna Suárez, ideal para deportes acuáticos y descanso. Rurrenabaque es la puerta a Madidi y las Pampas del Yacuma, donde se avistan delfines rosados y fauna silvestre. Las misiones jesuíticas de San Ignacio, San Javier y San Joaquín conservan una arquitectura única. Y cada año, San Ignacio de Moxos celebra la Ichapekene Piesta, una festividad declarada Patrimonio de la Humanidad que muestra el alma cultural del Beni.
CULTURA
Legado de los Jesuitas:
Los Moxos Jesuitas son una joya colonial en el corazón de Beni, es un destino fascinante que te transporta al siglo XVII. Sus misiones jesuíticas, como la iglesia de San Ignacio y San Joaquín son auténticas maravillas arquitectónicas de adobe y madera finamente tallada, testimonios de la época de la colonia. Un paseo por sus calles empedradas e iglesias históricas te permitirá sumergirte en la rica herencia cultural de la región, mientras disfrutas de la música, la espiritualidad y las festividades tradicionales.
NATURALEZA
Ríos y lagunas:
Beni sorprende con destinos naturales que enamoran desde el primer momento. En Guayaramerín, la majestuosidad del río Mamoré invita a paseos en lancha al atardecer y a descubrir su biodiversidad ribereña.
En Trinidad, la Laguna Suárez es el lugar perfecto para relajarse, disfrutar de actividades acuáticas y avistamiento de aves.
Rurrenabaque, una joya del turismo ecológico, es la puerta de entrada a la Amazonía boliviana y a las áreas protegidas Madidi y Pampas del Yacuma, donde se puede observar delfines rosados, monos, aves exóticas y vivir la naturaleza en estado puro.
Reserva Natural Barba Azul: Senderos de exploración y aviturismo
La Reserva está en los Llanos de Moxos, es un paraíso para los amantes de la naturaleza. Allí podrás avistar al guacamayo barba azul, especie única y en peligro de extinción, junto a más de 350 aves. Disfruta caminatas, fotografía de fauna silvestre y paisajes espectaculares en un entorno que combina conservación y aventura.
Los humedales de Moxos:
Los humedales abarcan más de 6 millones de hectáreas y son uno de los humedales más extensos del planeta. Este paraíso natural combina sabanas, bosques de galería, ríos, lagunas y pantanos que cambian según la temporada de lluvias. Es ideal para navegar, hacer avistamiento de aves, fotografía de fauna y explorar paisajes únicos. Su biodiversidad e importancia ecológica lo convierten en un destino imperdible para el ecoturismo.
COMUNIDADES ANCESTRALES Y RURALIDAD
Variedad de culturas:
Las comunidades ancestrales ofrecen una experiencia auténtica para el viajero que busca conexión cultural. Los moxeños en San Ignacio de Moxos, los mojeños-trinitarios en Trinidad, los yuracarés cerca del río Ichilo y los tacanas en Rurrenabaque conservan tradiciones vivas en música, danza, tejidos y rituales. Visitar sus territorios permite conocer de cerca su cosmovisión y compartir saberes ancestrales que enriquecen cualquier viaje por la Amazonía boliviana.
Festividades:
Beni celebra su identidad con fiestas que combinan tradición, fe y alegría. En San Ignacio de Moxos, la Ichapekene Piesta, desde el 31 julio al 2 agosto, es Patrimonio Cultural de la Humanidad, con danzas, música y rituales que unen herencia jesuita e indígena. En Trinidad, la Chope Piesta, en mayo, llena la ciudad de folklore y juegos populares. Mientras que Rurrenabaque honra a la Virgen de la Candelaria cada febrero con coloridas procesiones, entre una variedad de festividades que se realizan todo el año.
GASTRONOMÍA
La gastronomía destaca por sabores auténticos de la Amazonía. El keperi beniano de carne adobada y cocinada lentamente. El masaco, hecho con plátano verde aplastado y charque o carne seca, tiene origen en saberes antiguos de conservación de alimentos. Comer en Beni es saborear historia viva.
ARTESANÍAS
La artesanía en Beni refleja la herencia cultural de sus comunidades indígenas. Destacan los tejidos en fibra de palma, cestería, cerámica y tallados en madera, elaborados a mano por artesanos de San Ignacio de Moxos, San Andrés y comunidades tacanas de Rurrenabaque. Cada pieza es única y conecta al visitante con las tradiciones ancestrales de la Amazonía boliviana.
CULTURA
Legado de los Jesuitas:
Los Moxos Jesuitas son una joya colonial en el corazón de Beni, es un destino fascinante que te transporta al siglo XVII. Sus misiones jesuíticas, como la iglesia de San Ignacio y San Joaquín son auténticas maravillas arquitectónicas de adobe y madera finamente tallada, testimonios de la época de la colonia. Un paseo por sus calles empedradas e iglesias históricas te permitirá sumergirte en la rica herencia cultural de la región, mientras disfrutas de la música, la espiritualidad y las festividades tradicionales.
NATURALEZA
Ríos y lagunas:
Beni sorprende con destinos naturales que enamoran desde el primer momento. En Guayaramerín, la majestuosidad del río Mamoré invita a paseos en lancha al atardecer y a descubrir su biodiversidad ribereña.
En Trinidad, la Laguna Suárez es el lugar perfecto para relajarse, disfrutar de actividades acuáticas y avistamiento de aves.
Rurrenabaque, una joya del turismo ecológico, es la puerta de entrada a la Amazonía boliviana y a las áreas protegidas Madidi y Pampas del Yacuma, donde se puede observar delfines rosados, monos, aves exóticas y vivir la naturaleza en estado puro.
Reserva Natural Barba Azul: Senderos de exploración y aviturismo
La Reserva está en los Llanos de Moxos, es un paraíso para los amantes de la naturaleza. Allí podrás avistar al guacamayo barba azul, especie única y en peligro de extinción, junto a más de 350 aves. Disfruta caminatas, fotografía de fauna silvestre y paisajes espectaculares en un entorno que combina conservación y aventura.
Los humedales de Moxos:
Los humedales abarcan más de 6 millones de hectáreas y son uno de los humedales más extensos del planeta. Este paraíso natural combina sabanas, bosques de galería, ríos, lagunas y pantanos que cambian según la temporada de lluvias. Es ideal para navegar, hacer avistamiento de aves, fotografía de fauna y explorar paisajes únicos. Su biodiversidad e importancia ecológica lo convierten en un destino imperdible para el ecoturismo.
COMUNIDADES ANCESTRALES Y RURALIDAD
Variedad de culturas:
Las comunidades ancestrales ofrecen una experiencia auténtica para el viajero que busca conexión cultural. Los moxeños en San Ignacio de Moxos, los mojeños-trinitarios en Trinidad, los yuracarés cerca del río Ichilo y los tacanas en Rurrenabaque conservan tradiciones vivas en música, danza, tejidos y rituales. Visitar sus territorios permite conocer de cerca su cosmovisión y compartir saberes ancestrales que enriquecen cualquier viaje por la Amazonía boliviana.
Festividades:
Beni celebra su identidad con fiestas que combinan tradición, fe y alegría. En San Ignacio de Moxos, la Ichapekene Piesta, desde el 31 julio al 2 agosto, es Patrimonio Cultural de la Humanidad, con danzas, música y rituales que unen herencia jesuita e indígena. En Trinidad, la Chope Piesta, en mayo, llena la ciudad de folklore y juegos populares. Mientras que Rurrenabaque honra a la Virgen de la Candelaria cada febrero con coloridas procesiones, entre una variedad de festividades que se realizan todo el año.
GASTRONOMÍA
La gastronomía destaca por sabores auténticos de la Amazonía. El keperi beniano de carne adobada y cocinada lentamente. El masaco, hecho con plátano verde aplastado y charque o carne seca, tiene origen en saberes antiguos de conservación de alimentos. Comer en Beni es saborear historia viva.
ARTESANÍAS
La artesanía en Beni refleja la herencia cultural de sus comunidades indígenas. Destacan los tejidos en fibra de palma, cestería, cerámica y tallados en madera, elaborados a mano por artesanos de San Ignacio de Moxos, San Andrés y comunidades tacanas de Rurrenabaque. Cada pieza es única y conecta al visitante con las tradiciones ancestrales de la Amazonía boliviana.